Andy se toma un rato de calma para disfrutar del contenido caliente de su teléfono móvil. Pero allí, sentado en el sofá masturbándose, no se ha dado cuenta de que hay otros ojos observándole desde la puerta… Es su hijastro Justin, que llevaba mucho tiempo esperando que llegase un día como este y no se puede resistir a la tentación de seguir mirando.
Cuando fue sorprendido por Andy, una de dos, o se había metido en un buen problema o era el comienzo de una tarde divertida. Andy tampoco le dio otra opción, agarrando la cabeza del chico para obligarle a mamarle su gruesa polla.
Justin sabía lo que tenía que hacer a partir de ese momento, agarrando el enorme pedazo de carne entre las piernas de su padrastro para mamarlo con ganas.
Pero Andy no iba a conformarse con recibir la mamada de su Justin y también se ocupó de la polla del niñato antes de dedicarle toda la atención a su estrecho ojete, lamiéndolo bien antes de empotrarlo con su polla hasta que los dos se corren.
Comentarios