Cuando el joven Jake entra en la cocina y ve a su invitado Jay sin camiseta y de espaldas, piensa que se está haciendo una paja y no preparándose un batido de proteínas.
Aclarado el malentendido, pero empalmado, Jake no puede dejar de pensar en Jay y en como debe ser su polla, así que vuelve al salón para verle más de cerca mientras salta a la comba y el sudor resbala por su torso peludo.
Jake se masturba discretamente viendo como el chulazo hace sus ejercicios en el salón y cuando se cuelga de la barra para hacer unas dominadas, tira de sus pantalones hacia abajo dejando su enorme polla sin circuncidar al aire.
Cabreado con el niñato, Jay hace que se arrodille para mamarle ese rabo y le hace agarrarse a la barra de las dominadas para devolverle la mamada, suspendido en el aire.
Tras intercambiar sus posiciones, Jay se cuelga de la misma barra para que Jake pueda follar su peludo ojete, sudando más que si hubiese seguido entrenando.
Ya en la cama y después de que el niñato se lo haya seguido follando tumbado de espaldas, Jay cabalga montado sobre su larga polla.
Agachado y con las manos al borde de la cama, Jay gime de placer sintiendo el pollón de Jake bombeando su culo y suelta una enorme corrida, primero sin manos y luego masturbándose hasta echar la última gota.
Jake sigue bombeando su culo, pero finalmente saca su polla para correrse en el culo del pasivo, que reconoce que ha sido increíble pero no quiere que nadie se entere de lo que ha pasado.
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