UN DÍA DE PERROS

Cuando Kane, un sexualmente frustrado repartidor, se cruza en su camino con Danny, un desconocido niñato rubio, y acepta llevarle en su coche su día se vuelve inesperadamente caótico.

El descarado niñato no solo se come una de las pizzas que debía repartir, en un instante, mientras está entregando a domicilio la que Cody había pedido, Danny le roba el coche y deja a Kane varado en su lugar de entrega.

Cuando un hospitalario Cody invita a Kane a entrar en su casa, una cosa lleva rápidamente a la otra, y en cuestión de minutos el repartidor está follando la garganta y el culo de Cody con su dura y peluda polla.

El rollo espontáneo continúa con Kane devorando y follando a pelo el estrecho ojete de Cody por todo el sofá hasta que el musculoso pasivo se queda sin una gota de semen en las pelotas y con su cuerpo fibrado cubierto de semen.

A pesar de que Kane puede dar por terminada su frustración sexual, pronto recuerda que sigue siendo un día de perros y ahora está frustrado porque se ha quedado sin coche.

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