Es un domingo relajado para Michael y Sumner, que se despiertan con pocas ganas de salir de la cama y deciden pasarse el día follando a pelo entre las sábanas.
Los dos musculosos amantes se besan apasionadamente abrazados el uno al otro, con sus perfectos cuerpos pegados y revolcándose por toda la cama.
La boca de Michael no puede resistirse a mamar la gruesa polla de Sumner del mismo modo que Sumner es incapaz de negar su deseo constante por el jugoso y redondeado culazo de Michael.
Con pollas y culos tan grandes no es difícil de entender que estos dos sean tan felices, pasando sus días lamiendo sus ojetes, mamando sus pollas y follando a pelo cómodamente en su lujoso dormitorio.
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