El guapo y musculoso Valney se va a casar, pero minutos antes de la ceremonia tiene deseos pecaminosos y decide llamar al Padre Bruno para que acuda a su habitación y confesarse.
No es solo que después de tomar una ducha haya cogido el móvil para masturbarse viendo un video porno gay, como le cuenta al sacerdote en la confesión, se siente atraído por otros hombres y no consigue controlarse.
Ha follado con otros hombres, en la sastrería cuando le tomaban medidas para el traje de boda o al salir del gimnasio y el sacerdote se empalma escuchándole, levantándose la sotana para masturbarse.
A Valney también se le ha puesto dura rememorando esos lujuriosos encuentros, pero el Padre Bruno le tranquiliza y se arrodilla para ocuparse de esa gruesa y dura verga, que rodea con sus labios para mamarla y tragársela hasta el fondo de la garganta.
Entendiendo que ha sido absuelto de sus pecados, Valney le da la vuelta al sacerdote para lamer su estrecho ojete antes de empotrarlo por detrás sobre la cama y en la cocina.
Finalmente, Valney se corre dentro del culo del sacerdote y sonríe viendo como su caliente corrida chorrea fuera del ojete recién follado.
¿Dirá finalmente “sí, quiero” en el altar o decidirá vivir su otra vida admitiendo sus verdaderos deseos?
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