En el gimnasio, Clark observa con sus ojos azules al musculoso Robbie mientras ambos entrenan sus brazos y su apetito sexual va en aumento con cada repetición.
Ya en el vestuario, Robbie se encuentra a Clark, esperándole desnudo y a cuatro patas en uno de los bancos para que le coma el culo.
Robbie no se lo piensa dos veces y se arrodilla para lamer ese palpitante ojete antes de que Clark se de la vuelta para mamarle la polla.
Una vez dura, Robbie se folla al musculoso pasivo por detrás y contra la pared antes de sentarse en el suelo sobre una esterilla para decirle: “Siéntate aquí” y ver como empuja su culazo contra su polla una y otra vez, disfrutando de cada instante.
Finalmente, con Clark tumbado de espaldas en el suelo frente a él, Robbie vuelve a tomar las riendas y le embiste sin descanso hasta que ambos se corren cubriendo de esperma caliente los abdominales y el pecho peludo de Clark.
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