El joven Jake se ha lesionado la rodilla jugando a futbol y Landon, el masajista del equipo, promete dejarle como nuevo con un tratamiento especial que combina mente, cuerpo y... alma.
El uso de esas palabras, así como el masaje en sí mismo, parece poco ortodoxo, especialmente cuando saca la dura polla de Jake de sus pantalones cortos para mamársela.
Pero cuando le va a meter un dedo por el culo al jugador, Jake le agarra por la muñeca y grita: “¡Eso es mi culo, no mi alma”
Cuando se pone de pie, comprueba asombrado que su rodilla está mejor, al parecer el tratamiento de Landon era el que necesitaba y en agradecimiento le mama la polla al masajista antes de follar al maduro chulazo de pelo canoso sobre la camilla.
Landon cabalga sobre la enorme polla de Jake, que le desmonta para seguir follándoselo en la postura del misionero hasta que los dos se corren.
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