Ya lo decía Rod Stewart, aunque él se refería a las rubias, pero es cierto que los rubios, y más concretamente Mika y Kosta, se lo pasan en grande… Solo hay que verles.
Mika y Kosta se conocen en un soleado día de verano paseando por el puerto de Barcelona, sintiendo la brisa marina y la química que se desprende entre los dos guapos rubios. Mika se lleva a Kosta a su apartamento donde las líneas entre el romance y la lujuria se desdibujan y los besos se intensifican.
A medida que sus ropas caen al suelo, el deseo sexual les posee y Mika cae de rodillas para que Kosta le ofrezca su larga y dura polla. Poniendo en práctica toda su destreza, Mika se la traga por completo.
Excitado por la excelente mamada de Mika, Kosta empieza a follarle esa hambrienta y talentosa boca. La saliva chorrea por las comisuras de sus labios a medida que Mika se ocupa de la caliente polla de Kosta.
Tumbado bocarriba sobre la cama, Kosta abre bien la boca y Mika le mete su dura polla hasta el fondo de su garganta, siguiendo sus pasos para follarle la boca.
Mika agarra con su mano la garganta de Kosta para sentir el bombeo de su polla, entrando y saliendo de su boca, pero enseguida esa mamada se convierte en un 69 que permite a los dos seguir mamársela al mismo tiempo y mientras Mika está ocupado degustando el palpitante rabo de Kosta, este se centra en follar con su lengua el ojete de Mika.
Entregados a la lujuria y al deseo, Mika se desliza por el torso de Kosta hasta aposentar su suave culo en esa verga resplandeciente. Mika sube y baja, sintiéndola en toda su longitud, llenándole y complaciendo todos sus deseos.
Kosta toma el control y empieza a follar a Mika con un ritmo suave y pausado, sintiendo como su polla crece y se pone más dura dentro del culo de Mika, que cada vez está más mojado con el placer que siente.
Un cambio rápido de postura y Kosta está a cuatro patas para que Mika le empotre por detrás, clavando su polla curvada hacia abajo en su ojete peludo, hasta el fondo. Esa polla curvada masajea perfectamente la próstata de Kosta, tanto que sus pelotas peludas se contraen y están listas para explotar.
Otro cambio de postura lo impide y Mika se encuentra tumbado de espaldas y despatarrado para que Kosta pueda volver a penetrarle profundamente. Cara a cara se miran a los ojos y su mirada es la misma que todos tenemos cuando nos entregamos por completo a nuestra pareja sexual, esa mirada que dice “¿Cómo puedo darte aún más placer?”. El último cambio de postura deja a Mika tumbado de lado con Kosta embistiéndole por detrás. El ritmo de la follada se acelera, volviendo locos de lujuria carnal a ambos y concluir de la única manera posible.
Sobrepasado el límite de resistencia, Kosta dispara un potente chorro de esperma sobre la ansiosa lengua de Mika, que tras tragárselo también se corre. Su beso final, compartiendo el sabor de la gran corrida es el punto final de esta experiencia sexual repleta de romance, lujuria y deseo.
Comments