Esta escena comienza por el final, con un sonriente Leo cubierto de semen. Tenía muchas expectativas puestas en el musculoso Manuel, que las supera con creces y le deja ansioso por repetir.
Manuel comienza, como de costumbre, con una seducción romántica a medida que acaricia y juguetea con el trabajado cuerpo de Leo, le mama la polla y lame su ojete -y mientras lo hace de su propia polla brota liquido preseminal.
Con Leo apoyado en el borde de la encimera de la cocina, Manuel desliza su grueso rabo dentro de Leo para follárselo finalmente, suspendido en el aire.
Después de que Manuel haya hecho acrobacias sexuales para empotrarle, hace que Leo le mame la polla, follándole la boca y dejándole claro quien está al mando, embistiéndole sobre la encimera.
Seguidamente, Manuel se lleva a Leo al sofá para volver a lamerle el ojete y seguir penetrándole tumbado de espaldas en él sin descanso, con una intensidad que lleva al chico al orgasmo.
El semen brota a chorros de la polla de Manuel como si fuese una manguera contra incendios para dejar a Leo chorreando, soltando hasta la última gota dentro de ese culo. Manuel le besa y se marcha, dejando a Leo sonriente y satisfecho como veíamos al comienzo.
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