La madre de Archie les encargó a él y a su hermanastro pequeño, que decorasen la casa por Navidad, pero Dakota prefería quedarse tirado en el sofá en vez de ayudarle. A fin de cuentas es un adolescente enganchado al móvil, que necesita un empujoncito para hacer las cosas.

Como pedírselo amablemente no sirvió de mucho, Archie decidió probar otro método, sentarse encima y hacerle cosquillas hasta que se rindiese. Dakota dice odiar que haga eso, pero algo duro entre sus piernas presionando su culo le confirma a Archie que en realidad le encanta que le ponga las manos encima. De hecho, tampoco él puede negar que disfrutar de ese culito adolescente se le ha pasado por la cabeza en alguna que otra ocasión.

Dispuesto a comprobar como se toma el juego una vez le ata las manos, Archie ve que Dakota ni se inmuta, pero está seguro de que le encantará que le aplique algo de disciplina… Especialmente si al final de la lección decora su estrecho ojete con algo tan blanco como la blanca Navidad.










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