Cuando la novia de Lobo cree que se le ha olvidado del Día de San Valentín, rompe con él por teléfono, pero no podía ser más injusta porque no solo no lo había olvidado, había esparcido pétalos de rosa por toda la cama y en la bañera para sorprenderla cuando llegase del trabajo.
Visiblemente decepcionado y amargado, Lobo llama a su buen amigo Allen para desahogarse, así que el joven acude rápidamente para ocuparse de él cuando más le necesita.
Estos heteros son ambos de mente abierta y Lobo aprecia a su buen amigo, así que… ¿A quién le importa esa desagradecida sin sentimientos? ¡A las penas puñaladas… o mejor todavía: folladas!.
Los dos amigos disfrutan del romántico día de los enamorados follando como fogosos amantes alcanzados por las flechas de Cupido, mamando sus duras pollas y lamiendo sus ojetes antes de que Lobo se folle a Allen en la bañera.
Una vez que Allen ha cabalgado montado sobre su verga, Lobo le devuelve la mamada y se lo lleva al sofá, donde se lo sigue follando tumbado de espaldas hasta que su entrepierna acaba chorreando con sus blancas corridas.
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