Recién llegado de sus caras vacaciones en España, donde ha follado todo lo que ha querido, Paul está deseando salir del aeropuerto para volver a su confortable casa, pero desde el asiento trasero del coche que ha contratado se da cuenta de que Derek, el conductor, tiene otros planes...
Sin previo aviso, Derek gira para meterse en un garaje abandonado donde Paul - ignorando su sentido común- accede a follar a pelo con el alarmantemente intenso e inestable conductor.
La lengua, los dedos y la polla de Derek se introducen muy pronto por el ojete peludo del asaltado pasajero, que apoya su cuerpo desnudo contra el vehículo.
En el maletero abierto, Derek cabalga montado sobre el pollón de Paul y es empotrado por detrás hasta que los dos fogosos sementales están cubriéndose de semen el uno al otro.
Con las pelotas vacías, lo único que queda es llevar a Paul a su casa, donde se da cuenta por las malas de que no debería haber intimado con el misterioso psicópata al leer el inquietante mensaje que le envía: “¿Soy tan poco valioso como los 10.000 dólares que te has gastado este fin de semana? Deberias tratar mejor a la gente que sabe donde vives...”
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