
Meterse en la ducha con Johnny puede ser todo un espectáculo. Este chulazo se toma su tiempo para dejar limpio cada rincón de su deseable cuerpo, desde su marcado pecho hasta su lascivo rabo.
Y cuando Prince entra accidentalmente en el baño se queda paralizado al instante ante semejante visión del glorioso macho. Lo único que siente es el palpitar acelerado de su corazón a medida que bombea la sangre hacia su polla mientras observa al atractivo hombre que se está enjabonando por todas partes.

Johnny se da cuenta enseguida de que tiene un espectador y le da una instrucción muy clara, no puede quedarse ahí en un rincón como un observador pasivo, debe pagar por la invasión de su intimidad.

El corazón de Prince palpita todavía con más fuerza al arrodillarse para mamar la jugosa polla de Johnny. Nunca hubiese imaginado que tendría la oportunidad de catar ese rabo, pero ahora que la tiene, no piensa parar hasta que acabe dentro de su culo, follándole como tantas veces ha fantaseado.









Comments