UN MOMENTO DE DEBILIDAD

Ha llegado la hora de evaluar los méritos del joven misionero Gage y está particularmente nervioso a la hora de entregarse a este nuevo ritual. Lleva días luchando contra sus pensamientos pecaminosos por Eddie, el presidente de la congregación, después de la ceremonia del ungido de la semana pasada y la tensión sexual que siente en su presencia.

Solo pensar en las manos de Eddie sobre su cuerpo desnudo hacen que no pueda dormir de noche y teme que esos pensamientos lleven a su expulsión de la congregación. Esa presión todavía es mayor cuando se entera de que el presidente en persona se ocupará de su evaluación hoy.

Sabiendo que la verdad saldrá a la luz de todas formas, Gage decide ser honesto confesar sus lujuriosos pensamientos. El presidente intenta calmarle y le asegura que hay maneras de afrontar esos deseos impíos sin que tenga que abandonar su sagrada misión.

Y mientras desnuda al joven misionero y le indica como debe arrodillarse ante su enorme polla, el presidente le dice que todo los que pase entre ellos se mantendrá en secreto tanto por su parte como por la suya.

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