UN CADETE A SUS ORDENES

Para variar, el musculoso sargento Blain está hoy al mando y viene dispuesto a que el cadete Andrew haga todo lo que le ordene. ¡Hoy no hay superiores que valgan, las cosas se harán a su manera y punto!

Como se puede ver por el bulto que se marca en los pantalones de camuflaje, eso le pone a mil y ya tiene la polla dura, como Andrew no tarda en comprobar echando mano a ese paquete con una gran sonrisa dibujada en la cara. La sangre ha fluido rápidamente y está listo para la acción, porque como el mismo admite, no hay nada como sentirse en una posición de poder y ordenar que te hagan lo que quieras.

Sin dejar de tocarle la polla, Andrew está deseando que le diga lo que tiene que hacerle y lo primero que le pide es un beso, pero la excitación les lleva a desprenderse de toda la ropa para disfrutar de sus cuerpos.

Ver todos esos músculos pone todavía más cachondo al cadete, que se regodea lamiéndole los pezones y oliendo los sobacos de Blain, tal como le ha ordenado, pero Andrew cae de rodillas para mamar la polla de Blain, atragantándose con ella.

Blain le devuelve el favor antes de darle la vuelta para lamer su ojete peludo y azotar ese culo, ordenándole a Andrew que le folle de inmediato… Y es que, aún siendo el pasivo, sigue teniendo el mando y eso es lo que quiere.

Andrew se lo sigue follando incansablemente, de lado y tumbado de espaldas, entre gemidos de placer y gruñidos.

Blain le ordena que le siga follando con los dedos y Andrew obedece, penetrándole profundamente hasta que le hace correrse, salpicando su musculoso torso, del pecho al ombligo. Y mientras Blain recoge todo su semen con los dedos para metérselo en la boca, un excitadísimo Andrew se masturba frente a él hasta el orgasmo, regándole con una de sus gigantescas corridas calientes que deja chorreando de nuevo el torso de Blain, desde la cara hasta los muslos.

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