El chulazo Beau sabe una cosa o dos gracias a sus viajes a Europa, particularmente a la hora de encontrar a los hombres más caliente que quieran follar su ojete peludo.
Barcelona ha sido siempre una de sus ciudades favoritas -los parques, la Sagrada Familia, las tapas y sus deliciosos rabos sin circuncidar. Una mañana soleada sentado en el césped mirando al Mediterráneo, recibe los mensajes del guapo Lobo, que le comió el culo en el Museo Picasso y querría volver a verle para follar. Beau no se acuerda de él, pero dado que es su tipo de hombre, le cita a las 9 en el apartamento turístico que ha alquilado.
El fogoso Lobo llega puntual a la cita y se encuentra la puerta abierta para que pase sin llamar, ya que el turista cachondo Beau se está duchando.
Después de mamarse las pollas sin circuncidar el uno al otro bajo el agua, los dos se trasladan a una sala con un gran ventanal que, como si se tratase de un escaparate, les expone a la vista de cualquier transeúnte.
Si ese fuese el caso, verían como se siguen mamando las pollas y como la lengua húmeda y caliente de Lobo devora el ojete peludo de Beau antes de follárselo con su enorme polla.
El sol resplandece en Barcelona bañando los cuerpos de la pareja mientras siguen follando a pelo, hasta que Lobo saca su curvada polla del culo peludo de Beau para correrse sobre su cuerpo desnudo.
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