
Los lazos que se forjan en tiempos de guerra son inquebrantables y es por esa razón que, cada año en la última década, el joven Allen ha vuelto al campo de batalla con la esperanza de reencontrar allí a Paddy, su comandante.
Nunca ha ocurrido, pero este año Paddy aparece de uniforme por allí y parece que no haya pasado el tiempo.

Tras compartir algunos recuerdos, el ahora casado y con familia oficial quiere dejar atrás lo ocurrido y la mejor manera de hacerlo es precisamente poniéndose detrás de Allen… para follárselo por última vez.


Antes de eso, Allen mama su grueso y venoso rabo como solía hacer durante la guerra y Paddy lame el palpitante ojete del guapo soldado para inmediatamente después empotrarle a cuatro patas y en la postura del misionero en un vehículo militar abandonado.



El ardoroso comandante también le mama la polla a Allen antes de subirse ambos sobre el capó, donde el insaciable pasivo cabalga montado sobre su gruesa verga hasta correrse, arrodillándose para recibir la caliente corrida del oficial sobre su cara.


“Voy a seguir viniendo aquí cada año. Aquí estaré” le dice Allen antes de que Paddy se marche… ¿Para siempre?
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