Todos querríamos un doctor de cabecera como el musculoso Austin y ser uno de sus pacientes, como Alex, que viene acompañando a su accidentado padre para una revisión.
Austin estrecha la mano del niñato antes de comenzar con el reconocimiento del paciente, pero cuando levanta la mirada se encuentra con Alex tumbado en la cama con el culo fuera y metiéndose un termómetro por el ojete, provocando al buen doctor para que se lo folle allí mismo a espaldas de su padre.
Austin sucumbe a la tentación y reemplaza el fino termómetro con su gruesa polla, embistiéndole lentamente para no alertar al padre del chico.
Cuando el paciente se queja de los dolores cervicales, el doctor debe subirse los pantalones para atenderle, pero Alex ya está con la cabeza colgando del borde de la cama dispuesto para la inyección de Austin, que le clava toda su verga, hasta el fondo de su garganta y se corre dentro de su boca.
Cuando acude a la llamada de su padre y Alex escupe la corrida en un frasco, el hombre teme que su hijo necesite atención médica... ¡Menos mal que el doctor está allí mismo y le desaloja para ocuparse del niñato urgentemente!
Solos en la habitación, Austin y Alex se desnudan para dar rienda suelta a sus deseos sin más interrupciones y el doctor sostiene al niñato entre sus fuertes brazos para follárselo de pie.
Tras una nueva mamada de Alex, el rabo de Austin está tan duro que el niñato ya puede sentarse en él para cabalgar encima, recibiendo las profundas embestidas del doctor desde abajo.
Finalmente, Austin empotra a Alex a cuatro patas sobre la cama y se corre sobre su ojete, tumbándose para que vuelva a mamarle la polla y vestirse para completar el reconocimiento medico a su padre.
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