Caden recibe en su consulta a Bruce para su cita regular de terapia matrimonial, pero se queda perplejo cuando ve que su esposa no ha acudido con él. Bruce actúa de forma sospechosa, dice que a su esposa le ha sido imposible venir hoy, pero es mejor porque quería hablar con él de algo sin ella presente. Una vez sentados, comienza la sesión en la que Bruce finalmente le explica que tiene un conflicto interior: desde hace tiempo ha querido probar el sexo anal con su esposa, pero no se atreve a preguntarle si estaría dispuesta. Sabe que no entenderá su necesidad de experimentar algo así o que incluso se mostrará asqueada sólo por habérselo propuesto.
Caden escucha con atención y le da su punto de vista. Si el sexo anal es algo que Bruce quiere probar, debería hacerlo – sin importarle que su esposa lo apoye o no. Pero las preferencias personales y los prejuicios no deberían imponerse en la pareja, porque eso es lo opuesto a un matrimonio sano. Si Bruce tiene curiosidad por eso y quiere probarlo, Caden estaría encantado de ayudarle y guiarle a través de su primera experiencia anal, allí mismo, en su consulta. A Bruce le pilla por sorpresa, pero la oferta es extremadamente tentadora y se deja mamar la polla por Caden.
Con la polla dura, Bruce acepta la propuesta finalmente y terapeuta y paciente tienen una sensual y exploratoria sesión de sexo anal, que resulta muy satisfactoria para ambos…
Una sesión muy satisfactoria, sobre todo para Bruce, a juzgar por la enorme corrida con la que cubre el culo de Caden.
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