PASION EN EL PATIO
- Morena Showbitch
- hace 6 horas
- 2 Min. de lectura
Las chispas saltan desde el comienzo de la escena: la presencia del tatuado y seguro Grayson domina el espacio mientras un ansioso y receptivo Mickey le devuelve esa energÃa con la misma intensidad.


Una mirada entre ellos y podemos sentir exactamente lo que tienen en mente. La piscina brilla detrás suyo, pero el verdadero despliegue de calor se produce en la repisa de piedra que la rodea, donde no pueden contenerse ni por un segundo. Greyson toma el mando desde el primer momento y coloca a Mickey en la postura idónea con esa autoridad lenta y deliberada que le caracteriza.



Las reacciones de Mickey lo dicen todo: los ojos muy abiertos, la respiración entrecortada, el cuerpo arqueado mientras Greyson lo lleva directamente al momento esperado.


Cada toque es intencionado, cada cambio de posición es premeditado. Sus cuerpos se sincronizan con un ritmo cargado de lujuria, rudeza y los envites potentes que ambos desean.
Mickey, tumbado y completamente abierto al control total de Greyson, da el tipo de respuestas honestas e involuntarias que hacen que la escena sea eléctrica: agarrando la cornisa, levantando las caderas, dejando escapar jadeos que no puede reprimir.
Greyson lo observa fijamente, ajustando las piernas de Mickey, levantándolo más alto, acercándolo a su cuerpo, aumentando cada vez más la intensidad de sus embestidas. Incluso sin más detalles explÃcitos, su conexión no ofrece dudas sobre lo entregados que están al sexo y cuanto está soportando Mickey.

El ritmo crece como una tormenta: la presión lenta entre sus cuerpos da paso a un impetu profundo e implacable. El sonido de sus cuerpos chocando, carne contra carne, la tensión de los músculos, el brillo del sudor bajo el sol del Caribe: todo se suma a la ferocidad de lo que se están dando mutuamente.
El dominio de Greyson crece con cada embestida controlada y la respuesta placentera de Mickey está escrita en todo su cuerpo. Cambian una y otra vez, cada nuevo ángulo de la cámara revelando algo más de la quÃmica pura entre ellos.

Las piernas de Mickey alrededor de la cintura de Greyson. Greyson doblado sobre la espalda de Mickey agarrándole las caderas. Mickey de rodillas, con los labios entreabiertos y mirando arriba a los ojos de Grayson reflejando ese apetito perverso y desesperado.

Cada minuto los acerca al lÃmite, pero ninguno de los dos se detiene. Cuando finalmente llegan al clÃmax de su escena y se corren, ambos están sin aliento: Grayson sonrojado y satisfecho, Mickey con las piernas temblando.

La intensidad se funde con la ternura a medida que se relajan, intercambian dulces besos y se recuestan el uno en el otro, completamente agotados, pero manteniendo esa conexión total.Â













































