El musculoso Miguel ha escuchado los rumores que corren sobre su hijastro Rob, y es que según las malas lenguas, el chico es gay y un insaciable pasivo al que le encanta follar.
Sorprendido, el papito latino llama a Rob para tener una charla muy seria con él y el niñato confiesa la verdad: es gay, orgulloso de serlo… y también orgulloso de poder follar con hombres más maduros, sus favoritos. Miguel le cuenta como fue su juventud y especialmente la época en que un compañero de clase intentó seducirle.
Ansioso por ver de lo que es capaz su hijastro, Miguel sorprende a Rob sacándose su enorme rabo de los pantalones. Y maravillado con el pollón de su padrastro, Rob cae de rodillas para empezar a mamarlo sin pensárselo dos veces.
El joven saborea la polla de Miguel, atragantándose con ella para hacer que se sienta orgulloso de su habilidad. Sin duda, Miguel está gratamente sorprendido por la destreza sexual de su hijastro, follando aún más fuerte la garganta de Rob para ponerlo a prueba.
Viendo que la boca de Rob puede con las pollas más grandes, Miguel le da la vuelta para devorar y penetrar lentamente su delicioso ojete. Rob aguanta las potentes embestidas de su padrastro como un verdadero profesional, mientras se lo folla a cuatro patas.
Pero Miguel sube las apuestas follándose apasionadamente a su hijastro cabeza abajo en el sofá, clavándole su polla a fondo, hasta las pelotas, haciéndole gemir de placer.
Rob se corre sobre su propio pecho y una vez que Miguel se ha corrido también sobre el lujurioso cuerpo del niñato, le dice que no solo le hace sentirse orgulloso, también le ha hecho correrse como nadie antes.
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