Desde el momento en que se cierra la puerta de su casa, las manos de Ty y Theo están recorriendo el cuerpo del otro y lo que se lee en el letrero luminoso que adorna la pared refleja exactamente sus sensaciones.
Theo cae de rodillas para mamar la enorme polla de Ty, pero este musculoso semental no solo disfruta de una buena mamada, porque empujándolo sobre la mesa del comedor le lame el ojete al pasivo antes de follarselo a pelo por detrás sin contemplaciones.
Theo se siente tan bien, que toma las riendas para cabalgar sobre la larga verga de Ty antes de tumbarse de espaldas sobre la mesa para que siga embistiéndole más a fondo.
La enorme corrida de Theo cubre sus abdominales, chorro tras chorro, y Ty no puede evitar agacharse para catar el sabor del semen que todavía brota de la polla del pasivo.
Tras embestir brevemente a Theo, Ty no puede aguantar más y saca su pollón para correrse sobre el palpitante ojete y las pelotas del pasivo, besándose de inmediato.
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