Joey está sufriendo dolores musculares, así que visita a Felix, su guapo y musculoso quiropráctico, que le hace sentir bien descontracturando su espalda.


Pero queda una zona de Joey que todavía está en tensión... su cerrado ojete y viendo el gran paquete que se marca en el pantalón de su terapeuta sabe que es el hombre ideal para dilatarlo con sus dedos y con su lengua.


Joey le mama la polla a Felix, que pronto está follándoselo profundamente sobre la camilla de masaje.
Felix embiste a su pasivo paciente en la postura del misionero y a cuatro patas, hasta que Joey toma la iniciativa para cabalgar sobre esa dura verga que ha abierto su ojete por completo, liberándole de toda la tensión acumulada.





Joey nunca se había sentido tan bien con su quiropráctico y lo demuestra corriéndose mientras se lo está follando cabeza abajo como un martillo pilón.


Joey recibe la caliente corrida de Felix en su boqueante ojete justo antes de vestirse y marcharse de allí completamente relajado y feliz.
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