JUGUEMOS AL BILLAR

Cuando tienes a dos jóvenes sementales como Rocky y Evan, tan cerca el uno del otro como en esta escena, es probable que salten chispas…

Incluso un inocente (bueno... no tan inocente) juego de billar toma un giro picante cuando Rocky y Evan comienzan a involucrarse --con Evan preparando las bolas y Rocky dándole al taco.

Dejando a un lado los dobles sentidos del billar, cuando estos dos conectan, la química está fuera de serie. Si este hubiera sido uno de esos juegos en los que el perdedor paga, no culparías a Evan por dejar pasar algunos tiros, especialmente considerando lo mucho que disfrutó su primera ronda con Rocky.

Cuando Rocky aporta toda su energía, definitivamente deja una impresión duradera, una impresión que Evan estaba más que ansioso por volver a experimentar.

Difícilmente hay una superficie plana en la habitación que estos dos no aprovechen, porque cogen fuerza, ¡y ya no hay nada que los detenga!

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