La emoción de ver la final de la Champions junto a sus machirulos colegas, entre los cuales se encuentra Malik, no es la única razón que tiene tan excitado al fogoso Allen.
Estar pegado al alto y musculoso Malik en el sofá es el verdadero motivo por el que se ha convertido en un forofo del futbol y Allen se empalma debajo de los pantalones cortos, así que acaricia la pierna de su amigo y viendo que no le importa, mete su mano por debajo del pantalón para comprobar que la tiene tan dura como él.
Después de masturbarle brevemente, Allen va a la cocina con la excusa de traer más palomitas, asegurándose de que Malik le sigue para que pueda devorar su enorme rabo.
Cuando vuelven al salón, Malik se folla a Allen por detrás, empotrándole contra el respaldo del sofá sin que sus dos colegas, inmersos en el partido, se den cuenta, al menos hasta que debido a las sacudidas tiran todas las palomitas encima suyo.
Descubiertos, los dos fogosos chulazos pasan del partido y se van al dormitorio donde Malik se folla a Allen en la postura del misionero y a cuatro patas sobre la cama.
Tomando la iniciativa, Allen vuelve a mamar su pollón, atragantándose con él, antes de cabalgar montado encima, corriéndose sobre los abdominales de Malik, que no tarda en hacerlo también dejando que el hambriento pasivo se trague hasta la última gota.
Justo a tiempo para no ser interrumpidos por sus colegas, que irrumpen exultantes en el dormitorio quitándose las camisetas después de que su equipo se haya proclamado campeón... ¿Seguirán celebrándolo todos juntos en esa misma cama?
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