
Jake ha contratado a Marcus como entrenador personal para estar en forma antes del verano. Ahora que ha pasado el invierno, durante el cual no ha pisado el gimnasio, quiere hacer ejercicio pero sin necesidad de usar pesas o maquinas, y quiere poner a punto su culazo especialmente.
Sin embargo, cuando Marcus le enseña cuales deben ser sus movimientos durante el entreno, un excitado Jake no puede evitar dejarse llevar al ver el enorme rabo que se marca en los pantalones del entrenador, que se ha empalmado con el roce.




Al final, el entrenamiento privado se convierte en un polvazo casual entre Marcus y Jake… ¿Y porque no? ¡Un polvo es un polvo… y siempre sienta bien!



Por no decir que el sexo puede ser el mejor ejercicio para quemar esas calorías de más y ponerse en forma de la manera más divertida.


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