El musculoso Chuck ha acabado entre rejas e intenta no meterse en problemas con nadie, pero cuando otro preso busca pelea en la cafetería, no va a dejar que lo pisotee.
A Leo, la zorra del problemático preso, se le pone dura viendo como Chuck le pega una paliza y derrota a su ahora ex.
En agradecimiento, Leo se ofrece a Chuck para mamarle el rabo, algo que el gigantesco y fornido empotrador acepta encantado para después follárselo contra la pared.
El pasivo aguanta las potentes embestidas de Chuck sobre uno de los bancos y a continuación cabalga montado sobre ese pollón hasta que se corre sobre el pechote peludo del barbudo.
Para terminar, Chuck le folla la boca y la garganta a Leo marcándole como su nueva zorra carcelaria con su corrida sobre la cara.
Comments