Marcus lleva ya tres días sufriendo dolor de espalda, pero afortunadamente ha conseguido que Angel, el mejor masajista que ha conocido, le reciba en su gabinete.

Lo que Marcus desconoce sobre Angel es su tendencia a… bueno, a que sus excelentes manos vayan a lugares más recónditos y no tan doloridos como su espalda.

Angel se pone muy cachondo siempre que un chulazo como Marcus se tumba desnudo sobre su camilla y no puede evitar manosear un poco demasiado… agarrando la gruesa polla de su cliente con la mano para masturbarle y después empezar a mamársela.


Afortunadamente para él, Marcus está encantado y siempre tiene ganas de follar, sobre todo si es alguien como Angel quien lo hace. En cuestión de minutos ya se ha olvidado del dolor de espalda, centrado en el enorme rabo sin circuncidar de su guapo masajista, que primero le folla la garganta y después su peludo ojete.








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