Trabajar en una tienda de ropa erótica para hombres gays puede ser algo muy excitante, y si no preguntad a Allen, que trabaja en una como dependiente o a Nicholas, uno de sus nuevos clientes.

Vestido de cuero y rodeado de toda esa parafernalia, su calenturienta imaginación vuela y aprovechando que está solo detrás del mostrador se hace una paja hasta que explota llenándolo de semen justo cuando entra un trajeado cliente.

Solo con mirarle, Nicholas sabe que Allen es el joven fogoso que puede satisfacer sus necesidades sexuales, así que se mete en el probador, donde se baja la cremallera del pantalón y se saca la polla para que el joven dependiente le vea.
Listo para follar con un papi tan sexi, Allen se arrodilla para mamarle el rabo y se da la vuelta para darle a Nicholas lo que desea, su estrecho ojete para que lo devore con su lengua y lo empotre con su verga.





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