Trevor se levanta de la cama con una duda: asearse y salir a dar una vuelta o quedarse en casa con el fogoso Nano y follarse el uno al otro. ¿La elección no es difícil no?


Pues ni siquiera tiene que decidirlo, porque Nano no tarda en aparecer por el baño para seducirle, le baja los calzoncillos, le come el culo y se lo folla contra el lavabo, frente al espejo.

En cuanto Nano rodea la polla de Trevor con sus labios, cualquier pretensión de salir de allí se desvanece y Trevor le lleva de vuelta a la cama para demostrarle su cariño mamando su pollón sin circuncidar y devorando su musculoso culo.
Tampoco Trevor necesita tomar la siguiente decisión porque Nano deja muy claro lo que desea: que se lo folle, así que le empotra por detrás y tumbado de espaldas sobre la cama, poniendo toda su energía sexual en el empeño por ambas partes.



Los dos fogosos sementales intercambian sus roles un par de veces más antes de que Nano consiga lo que quiere finalmente: Trevor le hace correrse de placer y cuando se tumba para hacer lo mismo, Nano ya está ahí para lamer hasta la última gota de su semen caliente con una sonrisa.

¡Y es que Nano siempre sonríe, pero en ese momento está REALMENTE feliz!
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