Ian y Brysen se lanzan la pelota por el parque, quitándose las camisetas para mostrar sus resplandecientes pectorales bañados por el sol.
Los guapos y tatuados chulazos admiran mutuamente sus cuerpos mientras corren, posan y flexionan sus músculos, así que cuando vuelven a casa se van de cabeza al dormitorio para dar rienda suelta a su lujuria.
Brysen es el primero en desnudar a Ian y besarle por todo el pecho dejando que le devuelva el favor. “Es tan grande…” dice Brysen pasandole la cara por todo el paquete antes de bajarle los shorts para mamar su polla.
Ian lame el ojete de Brysen antes de follárselo a cuatro patas sobre la cama y en la postura del misionero, haciendo que el pasivo se corra enseguida y en gran cantidad sobre sus propios abdominales.
Pero no tiene suficiente y le pide que siga follándoselo duro entre gemidos, cabalgando sobre la dura verga de Ian y volviendo a ser empotrado a cuatro patas hasta que el fogoso latino le cubre el lumbar con su corrida caliente.
Brysen se corre una segunda vez mientras Ian le folla el culo con sus dedos. “¡Ha estado genial!” exclama el sonriente activo.
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