El bronceado y musculoso Sumner y el bigotudo Guido son dos fogosos chulazos que se meten mano en la sala de estar mientras se besan, ansiosos por follar con desenfreno.
“¡Vaya culo!” exclama Guido nada más verlo, y los dos se desnudan a toda velocidad para restregar sus cuerpos, pegados el uno contra el otro, acariciándose por todas partes hasta que Guido se arrodilla para mamarle la polla a Sumner.
“¡Que bueno! ¿Te gusta muy polla?” pregunta entre gemidos, antes de darle la vuelta a Guido para lamer su ojete.
Sumner pone a punto el culo del tatuado pasivo antes de empotrarlo finalmente, metiéndosela a fondo como le estaba pidiendo y embistiéndole cabeza abajo, como un martillo pilón hasta que todo su cuerpo resplandece, cubierto de sudor.
Guido disfruta de cada centímetro de esa dura polla, corriéndose cuando el activo se lo folla duro, cara a cara en el sofá.
Un buen trabajo por parte de Sumner, que se da un gustazo y se premia corriéndose sobre la lengua del bigotudo pasivo.
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