Recién duchado, Blain aprovecha la más mínima excusa para que Damian, el guapo propietario que le tiene alquilado el piso venga a verle.
En esta ocasión, aprovechando que su novia está trabajando y que Damian ha caído en su trampa acudiendo al piso, es porque se ha quedado sin agua caliente. El calentador funciona perfectamente, pero Blain ya sabía que las cosas se iban a poner calientes desde el momento en que Damian cruzó la puerta…
Lo cierto es que a Damian no le importa atender los continuos requerimientos de Blain, siempre que desatascarle la fregadera conlleve una follada a pelo en la cocina.
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