A SOLAS CON SETH
- Morena Showbitch
- 3 ago
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Hace ya un tiempo que conocemos al joven Seth, es el vecinito que todos querríamos tener y no es descabellado, porque en esta ocasión se ha venido a la costa del sur de España.

Seth llega todo trajeado a su habitación de hotel, el sol ya está saliendo en Málaga, proyectando un cálido resplandor dorado sobre las cortinas. Seth se queda ahí de pie, abriéndolas, apartándose el pelo de los ojos y dejando que la brisa marina refresque el calor húmedo que todavía lleva pegado a su piel.

La noche anterior ha sido un batiburrillo de música, alcohol y cuerpos demasiado pegados. Sonríe frente al espejo: encantador, arrogante, rozando lo peligroso. Su traje todavía luce elegante, a pesar de las arrugas y se quita la chaqueta de cuadros azules, desabrocha su camisa blanca y afloja el cinturón antes de bajarse los pantalones para subirse a la cama en unos calzoncillos blancos que se adhieren a su cuerpo como una segunda piel.

Flexiona un poco su torso, cada músculo de su joven cuerpo ha sido esculpido con mucha disciplina en el gimnasio; cada línea tiene un propósito: abdominales marcados, una mandíbula afilada; el tipo de cuerpo que hace que la gente se quede mirándole fijamente en los ascensores. A Seth le gusta eso, le gusta gustar y ser la fantasía de esas personas.





Se tumba en la cama, con un brazo detrás de la cabeza y el otro apoyado sobre el estómago. Las sábanas se enfrían contra su piel, pero nota como su sangre entra en ebullición y sus cargadas pelotas piden ser aliviadas...


La ciudad está despertando fuera del hotel. ¿Y él? Completamente despierto, con la polla dura como una piedra, preguntándose a quién dejará entrar a continuación mientras comienza a acariciar su polla. Después de una gran noche de fiesta necesita correrse…




Pero seguro que no le importaría que llamarais a su puerta, aunque parezca agotado y que solo quiere dormir, Seth siempre está dispuesto para la diversión.

























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