El brasileño Diego se está masturbando en el baño de buena mañana cuando su mujer llama a la puerta, interrumpiéndole para decirle que se va al mercado y pidiéndole que despierte a Khai para que le ayude a limpiar el jardín.
Es lo último que le apetece a Diego y aunque se pone de mal humor también le excita la idea de quedarse a solas en casa con su hijastro y tener la oportunidad de follarse su estrecho culo. Diego saca de la cama a Khai, que se levanta y baja a tomarse un café.
Khai está acostumbrado a ver a su musculoso padrastro paseándose desnudo por la casa, pero hoy los dos están más calientes de lo normal y Diego invita a su hijastro a hacerle una mamada antes de empezar a trabajar en el jardín.
El chico no acepta en un primer momento, pero tomar un poco de leche para desayunar está bien, así que acaba siendo el putito del nuevo marido de su madre.
Después de que Diego le haya follado la boca con su grueso y duro rabo, tantea el estrecho ojete de su hijastro con los dedos antes de meterle su gruesa y venosa verga para empotrarle encima de la mesa.
Khai nunca hubiese imaginado que el marido de su madre fuese tan bueno en la cama , ninguno de los dos tienen suficiente y están tan cachondos que siguen follando de camino al dormitorio… en la escalera y finalmente en la cama.
Finalmente, Diego saca su pollón para correrse sobre las pelotas de Khai, que sigue masturbándose con las piernas abiertas hasta que un chorro de leche brota de su polla cubriendo todo su estómago, justo a tiempo para ducharse y vestirse sin que su madre descubra lo que ha pasado allí en su ausencia.