SLAM DUNK

Cuando Benjamin pasa por la pista de baloncesto del barrio se detiene para ver a Leo echando unas canastas, pero en realidad es la enorme polla balanceándose dentro de sus pantalones cortos lo que le anima para unirse a él en el juego.

Las poco disimuladas bromas sexuales y el bonito culo de Benjamin impulsan a Leo a llevárselo hasta un jardín apartado para dar rienda suelta a su mutua lujuria para besarse y meterse mano el uno al otro.

Benjamin no puede creer lo enorme que es el rabo de Leo y no puede resistirse a mamárselo hasta que el dotadísimo activo le da la vuelta para devorar su ojete.

Lo único que impide que Leo lo empotre allí mismo son los pasos de alguien que se acerca, así que Benjamin se lleva a Leo a su casa para hacer lo que ambos desean.

Después de besarse apasionadamente, Benjamin le vuelve a mamar la polla a Leo y este le devuelve el favor, dándole placer oral en la polla, su suave torso y finalmente de nuevo por el culo.

Tras meterle la lengua por el ojete, Leo coloca de lado a Benjamin para follárselo, dándole el tiempo necesario para que se acostumbre a su gigantesca verga, pero cuando su ojete se ha dilatado suficientemente, Leo se lo folla aún más a fondo.

Muy pronto, Leo pone a Benjamin a cuatro patas para empezar a embestirle con todas sus fuerzas, pero cuando baja el ritmo es el propio Benjamin el que empuja con su culo hacia atrás para follarse a si mismo con esa enorme polla.

Leo apenas tiene que hacer nada para darle placer a Benjamin, porque su polla lo hace todo sin demasiado esfuerzo y el pasivo tiene un pequeño orgasmo sin manos en el que el semen brota libremente.

Leo continúa empotrando a Benjamin llevándole finalmente hasta un completo orgasmo acompañado de una gigantesca corrida. Al mismo tiempo, Leo saca su pollón del boqueante ojete de Benjamin para regarle con otra enorme corrida. Mientras Leo le besa, Benjamin todavía está ordeñando su propia polla y comenta jocosamente que ha sido “explosivo”. ¡¡¡Una explosión doble como dice Leo!!!