SIGUE EL RASTRO...
Jordan tiene algunas historias que contar sobre sus muchos encuentros sexuales y Olivier ha vuelto para representar uno de esos encuentros.
Cuando Jordan llega a casa de Olivier encuentra un rastro de ositos de goma que le llevan desde la entrada hasta su culo, comiéndoselos hasta llegar al final, hundir la cara entre sus nalgas y poder comerle el culo. Jordan devora el ojete de Olivier, lamiendo también sus pelotas, que es lo que él quería.
Enseguida, Olivier aún recibe una mayor atención cuando Jordan le da la vuelta para besarle y le hace una mamada igual de apasionada. Esto excita tanto a Olivier que le devuelve el favor en cuanto se lo pide y Jordan le folla la boca primero y la garganta después, antes de hacer un 69 con él.
Olivier está fuera de sí y no parece tener suficiente de la enorme polla de Jordan, mamándosela y lamiendo sin descanso cada centímetro, al mismo tiempo que este hace lo mismo con la suya.
Sintiendo que Olivier está a punto para ser follado, Jordan le empotra de lado en el sofá, llevando al pasivo al éxtasis vocal.
Pero Jordan sube la apuesta del ardiente encuentro ofreciéndole a Olivier una excitación añadida: que se vea mientras se lo folla. Para ello, Jordan usa el móvil para grabar su polla entrando y saliendo de Olivier, enviando el video al televisor. Poniéndole la cámara enfrente le da a Olivier la excitación de protagonizar un espectáculo porno en vivo.
Jordan se folla al francés que, tumbado de espaldas sobre el respaldo del sofá, puede ver como se lo folla cuando mira arriba. No pasa mucho tiempo antes de que Jordan quiera que Olivier se corra y con la ayuda motivadora de una charla sexual lo consigue, sacándole hasta la última gota.
Volteándolo, Jordan sigue follándose a Olivier bocabajo hasta que saca la polla para correrse entre sus nalgas y dentro de su culo.
Viendo a Jordan rodeando a Olivier entre sus brazos y besándose podemos entender porque este encuentro ha sido tan memorable.