Mientras Gianni tiende la colada, unos calzoncillos de color fucsia caen literalmente en sus manos y deduce que deben ser de Aiden, el vecinito sexi de arriba. Como buen vecino sube para preguntarle si son suyos, pero dado que hay otros dos pisos entre ellos quiere asegurarse y pasa dentro del piso de Aiden para pedirle que se los pruebe delante suyo.
Gianni sabe muy bien lo que hace aprovechándose de este accidente en el tendedero y es obvio que el calzoncillo es de Aiden porque le sienta perfectamente, marcando un buen paquete.
Una vez confirmado, Gianni empieza a quitarse la ropa y los dos se abrazan, besándose apasionadamente para meterse mano por todas partes. Los dos se quitan los calzoncillos y Aiden no puede esperar para catar el gigantesco rabo de Gianni.
Con la boca bien abierta, Aiden se traga esa polla hasta el fondo de su garganta, dejando tan impresionado a Gianni con su habilidad para mamársela que no puede evitar follarle la boca sin compasión. Aiden no se atraganta una sola vez, ni siquiera tiene una arcada.
Deseando sentirla dentro de su culo, Aiden se da la vuelta para mostrarle a Gianni su rosáceo y peludo ojete, que empieza a darse un festín. Su lengua penetra, lame y saborea ese dulce orificio frente a él, excitando y preparando a Aiden para lo que está por venir.
Gianni desliza su rabazo hasta las pelotas dentro de Aiden y empieza a follarle inmediatamente en un frenesí de placer y lujuria. Cuanto más fuerte se lo folla, más parece disfrutar Aiden con esa enorme polla entrando y saliendo de su culo.
Gianni se tumba sin dejar que su polla abandone el ojete de Aiden para que este pueda ponerse en cuclillas y seguir cabalgando, subiendo y bajando incansablemente sobre la gigantesca verga. Cuando baja y la tiene toda dentro, Aiden restriega su culo en el regazo de Gianni, sintiendo su vello púbico acariciando sus nalgas.
Otro cambio de postura y tumbado de espaldas con las piernas bien abiertas, Aiden sigue siendo follado por Gianni, que le embiste aún más profundamente y más fuerte que antes.
El irresistible ojete de Aiden está volviendo loco a Gianni, que ha alcanzado la cima del placer y saca su monstruoso rabo para follarle otra vez la boca. Embriagado por el sabor de su propio culo en la polla de Gianni, Aiden dispara una corrida enorme. Gianni le recompensa de forma parecida, dejándole la boca a rebosar de semen caliente. ¡Quien hubiese pensado que un simple accidente en el tendedero podría traer tanto placer!
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