Hasta hoy, Arno ha sido un misionero mormón ejemplar, ha hecho todo lo que le han ordenado, siguiendo el camino de Dios y apartándose del pecado tanto como le ha sido posible. Chuck no podría estar más orgulloso de su discípulo, por ello le eligió como su favorito y puso grandes esperanzas en su futuro dentro de la iglesia. Pese a todo, un sucio asunto hace peligrar el futuro de Arno y ahora Chuck tiene un conflicto a raíz de ello, así que llama al joven para pedirle una explicación.


Arno ha arruinado su reputación y ni siquiera intenta ocultar el hecho de que enviase esos mensajes lascivos. Está desesperado y no quiere perder su lugar en la hermandad, así que le ruega a Chuck una oportunidad para enmendar sus errores. El libidinoso Chuck le dice que solo hay una manera de perdonarle su pecado y es a través de los actos más deliciosos que el joven podría imaginar.



Ahora, Arno está dividido entre lo que le han enseñado en la misión y sus más profundos y oscuros deseos, pero hará lo que sea por seguir siendo uno de los misioneros favoritos de Chuck.







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