
Evan tiene un grave problema de actitud y está sacando de quicio al vigilante de seguridad Jax. Le ha pillado robando material en los grandes almacenes, pero el problemático joven sigue discutiendo con Jax en vez de devolver la mercancía robada.
Evan va a tener que someterse a los rigurosos métodos del guardia para hacerle confesar y sabe que Jax es conocido por no contenerse lo más mínimo por jóvenes que sean los ladronzuelos que caen en sus manos.






Lo malo será que Evan haya disfrutado con el castigo y reincida...
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