Los amigos de Dakota no dejaban de reírse y de hacer bromas con sus pelotas porque eran muy pequeñas, así que finalmente decidió ir al médico.


Cuando le explicó el motivo de sus preocupaciones, el doctor se bajó los pantalones y le enseñó como eran las suyas para que viese que a su cuerpo no le pasaba nada fuera de lo normal. ¡Pero pasó todo lo contrario, porque las pelotas -y la polla- del doctor eran enormes!

Al menos Eddie tenía una solución para Dakota: una técnica de succión que con el tiempo las haría crecer. Y el proceso era muy sencillo; el doctor se metió las pelotas de su joven paciente en la boca y empezó a chuparlas hasta que se le empezaron a hinchar.








Al final de la visita, Dakota no acababa de entender porque tuvo que mamarle la polla también al doctor o porque le metió la suya por el culo, pero se sintió tan bien y había sido tan excitante que ni siquiera le preguntó y piensa seguir yendo a su consulta tantas veces como sea necesario.
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