NI EN TU CASA, NI EN LA MÍA

Cuando después de un tiempo Rocky contacta con Greg para echar un polvo, a este le falta tiempo para decirle que va a su casa, pero tienen que cambiar de planes porque tiene un invitado y no estarían solos.

El maduro Greg necesita un sitio tranquilo para mamarle el pollón a Rocky, así que coge la llave de la casa en venta de un amigo e invita al chulazo allí para una tarde de sexo desenfrenado.

A solas en esa casa de ensueño, el musculoso pasivo se traga todo el rabo de Rocky y se traslada al sofá cercano para que su añorado follamigo le coma el culo antes de cabalgar montado sobre él.

La gruesa polla de Greg se mantiene dura como una roca en todo momento mientras Rocky embiste su ojete o cuando hace una pausa para mamarsela, pero sigue así después del orgasmo, esperando a que el dotado empotrador se la saque la del culo para correrse directamente en su boca abierta.

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