El universitario Canyon viene a hacer una visita a su madre, pero cuando llega a casa ella ha salido y es recibido por todo un chulazo: Reese, el nuevo marido y por tanto su nuevo padrastro...

Reese acaba de salir de la ducha y se disculpa con el joven por recibirle con el torso desnudo. En la cocina y tras una breve conversación, el irresistible padrastro le ofrece un vaso de leche y unas galletas. Cuando un descuidado Reese se tira la leche por encima, Canyon se ofrece para limpiarle usando la toalla que rodea su cintura y no puede apartar la mirada de su pollón.

Sus reveladoras miradas dejan claro lo que ambos desean y cuando Reese se empalma, Canyon se arrodilla para mamar ese enorme rabo… ¡Mucho más sabroso que las galletas!





Después de que Reese le devuelva la mamada y de que ambos devoren sus culos el uno al otro, el padrastro se folla a su nuevo hijastro por toda la cocina.



Canyon se corre cabalgando sobre la polla de Reese, que tirado en el suelo también se acerca al orgasmo. Canyon le desmonta para recibir toda la leche caliente directamente en su boca.

Los dos están deseando repetirlo, pero Reese se da cuenta de que la madre de Canyon está a punto de llegar y deben dejarlo para más tarde.
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