El musculoso y maduro Madison es vuestro vecino masajista, sus clientes habituales son chicos corrientes que necesitan descargar la tensión acumulada por la rutina diaria.

Pero también le gusta enseñar a jovenes y prometedores profesionales, así que cuando Harrison acude a su consulta se tumba sobre la camilla para que el joven le demuestre lo que sabe hacer y poder darle algunos trucos para mejorar sus masajes.


A medida que las manos de Harrison sienten el firme culo y el estrecho ojete de Madison no puede evitar meterle la lengua dentro saltandose toda la profesionalidad.


A Madison no le importa, de hecho le encanta y deja que el chico le coma el culo antes de darse la vuelta para que prosiga con el masaje.




Tampoco así puede mantener el control y una vez se ha quitado la camiseta, Harrison le lame las pelotas y le mama la polla hasta que se la pone completamente dura para sentarse encima de ella y cabalgar montado sobre Madison hasta que los dos se corren.





No hay duda de que el joven profesional sabe como aliviar las tensiones de sus futuros clientes y que sabrá dar el mejor final a sus masajes... uno muy feliz.
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