Sean y Phoenix charlan sobre lo mucho que le gustan a este las playas nudistas y sobre la intención de Sean de dejarse crecer la barba, una conversación banal que pronto da pie a algo más caliente y excitante.
El alto y dotadísimo Sean da el primer paso preguntándole a Phoenix cual ha sido la polla más grande que se lo ha follado, antes de enseñarle la suya... dando por seguro que será la más grande a partir de ahora.
“¡Vaya, pues sí, hoy voy a batir mi propio record!” reconoce Phoenix con la mirada puesta en ese enorme rabo.
El bigotudo pasivo pronto lo hace suyo y se pone a mamar “la polla más grande que le va a follar” para acto seguido ser empotrado por detrás por Sean, que disfruta viendo como la rodea con sus labios y cabalga sobre ella.
Sean le devuelve el favor, mamándole la polla a Phoenix antes de penetrarle de nuevo para follárselo en la postura del misionero.
Cuando Sean se está masturbando sobre la cara de Phoenix, listo para correrse encima, le hace suplicar por su semen caliente, algo que el pasivo hace con ansias, deseando recibir toda esa corrida en su cara para llegar al orgasmo también con una enorme y satisfactoria corrida.