
Nos alegra tener de vuelta al musculoso William, que llega empalmado del gimnasio vistiendo una sudadera sin mangas y marcando un enorme bulto dentro de sus shorts, que empieza a tocar arrodillado sobre su cama acaparando la atención de Johnny. Su mirada se cruza con la de William despertando la misma lujuria e invitándole a sucumbir a sus deseos.

Los dos se besan y se desnudan, provocándose con sus cuerpos pegados y frotándose el uno con el otro hasta que Johnny engulle toda la polla de William, atragantándose con ese pedazo de carne que le folla la boca y la garganta.

Con su gruesa y palpitante verga dura como una piedra, el tatuado y musculoso semental empuja a Johnny contra la pared para empotrarle por detrás, embistiéndole con esa fuerza a la que nos tiene acostumbrados y que tanto echábamos en falta.

Tras llevarle al espacioso salón y empujarle sobre el sofá, William se lo sigue follando en la postura del misionero y a cuatro patas, destrozándole el ojete con su gruesa verga, que le asalta incansablemente.

Buscando un pequeño respiro, Johnny se tumba entre las piernas de William para volver a saborear ese pollón y engullirlo hasta las pelotas, haciendo gruñir de placer al semental.

Finalmente, Johnny llega al orgasmo cabalgando de frente y de espaldas sobre el pollón de William, salpicando sus grandes muslos con una enorme corrida y arrodillándose de inmediato para recibir la del musculoso activo en su boca.

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