EXPERIENCIA COMPLETA
Trevor se ha levantado hoy con ganas de ser usado por un chulazo musculoso y afortunadamente para él Roman es quien complacerá sus deseos y le hará disfrutar de la experiencia completa.
Los besos más apasionados abren paso a que Trevor le mame la polla a Roman, que se dirige a él con dureza y rápidamente le hace saber quien manda follándole la garganta. Trevor engulle todo el rabo de Roman, que enseguida se tumba de espaldas sobre el respaldo del sofá para que se de un festín lamiendo sus pelotas y su polla antes de darle la vuelta y devorarle el culo.
Roman se toma un tiempo considerable hundiendo su bonita cara entre las nalgas de Trevor para meterle la lengua por el ojete, alternándola con sus dedos, que lo abren cada vez más. Trevor se sienta sobre la cara de Roman para que pueda seguir follándole con su lengua, pero este no se conforma con su ojete y le devuelve la mamada de polla, haciendo que Trevor se excite aún más follándole la garganta, especialmente cuando Roman le vuelve a follar el ojete con los dedos. Después de que Roman haya obligado a Trevor a chuparle los dedos para catar el sabor de su propio culo, llega el momento de empotrarle y empieza a follárselo lo más profundamente posible en diferentes posturas.
Roman se pone delante de Trevor para volverle a follar la boca y le pone cabeza abajo en el sofá para comerle el culo y penetrarle desde arriba, como un martillo pilón.
Y aunque Trevor ya este excitadísimo, Roman sube la apuesta jugueteando con su polla y con su ojete, colocándose entre el sofá y el sillón en un 69 que lo lleva al límite, aunque Roman se guarda lo mejor para el final.
Roman coge un espejo cercano y lo coloca en horizontal sobre dos sillas pegadas a un lado de la cama para que Trevor pueda verse reflejado mientras se lo folla de lado doblemente, con la polla y con los dedos.
Roman logra que Trevor se corra salpicando su propio pecho y estómago, siguiéndole de cerca en el orgasmo para correrse en el boqueante ojete que acaba de follarse y que vuelve a penetrar. Cubiertos de sudor, los dos se besan de nuevo... el toque final de un salvaje y tórrido encuentro.