¿ESTABAS MIRANDO?
Cuando Dante sorprende a Troye, su compañero de habitación, viendo como se hace una paja bajo las sábanas –e incluso tocándose él mismo en su cama- la conversación entre ellos gira en torno a si alguna vez han estado antes con otro tío.
Dante le cuenta lo que le pasó en su ciudad natal con un chico que le hizo una mamada justo antes de que Troye se ponga a hacer lo mismo.
Con la polla tiesa, Dante le da la vuelta a su habilidoso compañero para meterle los dedos por el culo y lamerle el ojete, haciendo que Troye gima de placer diciendo cuanto le gusta.
Dante se abre paso con su verga dentro del estrecho ojete del pasivo, follándoselo a pelo a cuatro patas en su cama, tumbados de lado en la del otro y en la postura del misionero.
Ya sin reticencias al sexo con otro hombre, Troye cabalga sobre Dante y disfruta con cada centímetro de esa enorme polla entrando y saliendo de su culo, como un martinete, hasta que Dante se corre en su ojete, metiéndosela dentro otra vez y haciendo que Troye también se corra... ¡Y mucho más que si hubiese sido con su propia mano!
