EL PEÓN DE UN POLÍTICO

El viaje de Bastian por Europa continúa y tras haber vendido su cuerpo a un sacerdote, a un mafioso y a un broker sin escrúpulos no le sorprende que un poderoso político como Lionel también esté dispuesto a pagarle por unas horas de placer.

De todos los hombres que le reclaman, estos son los que más dependen de la opinión pública para su ascenso profesional o su caída y cuanto mayor es su deseo, más fuerte es el ansia por conseguirlo. Reconoce a su cliente tan pronto le ve. Lionel transita por la vida vestido con los mejores trajes y cada una de sus sonrisas son un movimiento calculado en la partida que sabe que está jugando.

En su presencia, hay una tensión palpable que emana del poder que ostenta. Ni siquiera hay presentaciones protocolarias y tampoco es necesario, sabe quién es y duda que a Lionel le importe quien es él. Bastian no deja de ser otro peón del juego, uno que le proporcionará mucho más placer que otros. Enseguida empieza a quitarle la ropa, recorriendo con sus manos todo su cuerpo como si se tratase de un nuevo juguete. Y no se equivoca, Bastian está allí para jugar con él. En cuanto le ha desabrochado los botones de la camisa, su fuerte pecho le hace estremecerse por dentro. Alto y musculoso, Lionel se acerca para besarle y podría decirse que siente ternura, si no fuese por el calor carnal que irradia.

Cuando Bastian se baja los pantalones, su excitación resulta evidente para ambos. La impresionante polla de Lionel está dura como una roca dentro de sus ajustados calzoncillos negros y en cuanto Bastian se la saca la rodea con sus labios para empezar a catarla. Una polla perfecta, como el resto de su cuerpo. Un auténtico hombre poderoso y con autoridad.

La mamada no dura demasiado porque Lionel quiere follar algo más que su garganta profunda, le da la vuelta a Bastian, escupe sobre la punta de su polla y empieza a empujarla dentro de su cálido ojete. Hay bastante fricción, pero Bastian tiene tantas ganas de tenerla dentro que Lionel se abre camino con relativa facilidad. Con las primeras embestidas, Bastian gime de placer y Lionel gruñe, pero enseguida le está follando.

Lionel saca su pollón del culo de Bastian y se tumba en la cama confortablemente con las piernas abiertas para que el joven vuelva a hacerle una mamada. Bastian se da cuenta de que el liquido preseminal gotea por esa polla y con ganas de saborearla se asegura de lamer el capullo un poco antes de sentarse encima para cabalgar.

El placer es increíble y Bastian se gira para seguir cabalgando sobre la polla de Lionel como si la vida le fuese en ello. La propia polla de Bastian palpitaba con ganas de correrse y Lionel se la agarra con la mano para masturbarle. Los gemidos de Bastian resuenan por toda la habitación, silenciado de vez en cuando por su lengua metida en su boca.

Bastian se corre sobre si mismo y puede sentir como la polla de Lionel se hincha todavía más dentro de su culo antes de sacarla para masturbarse vigorosamente. Bastian se arrodilla con la boca abierta, ansiando su corrida y escuchando los jadeos y los gruñidos del político alcanzando el clímax.  

Después de correrse, Lionel besa a Bastian como si le importase lo más mínimo… Y puede que sí, aunque solo fuese por la cantidad que le pagó por sus servicios.

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