Tras muchos años de trabajo duro y sin arrepentirse de nada, ha llegado la hora de retirarse para el gigoló Gustavo, pero no va a abandonar del todo la actividad, porque pasará de gigoló a regentar su propia agencia de escorts y así procurar el mejor talento para su exigente clientela.
Hoy ha elegido compartir su experiencia de tantos años con Allen, el primero de una nueva generación de sus protegidos sexuales para continuar con su legado. Y la primera lección es comprender que el trabajo en el sexo tiene un lado oscuro y en ocasiones un gigoló debe decir que sí a cosas que no le apetece hacer.
Para poner a prueba a su joven protegido, Gustavo le baja los pantalones a Allen y le da la vuelta para meter su gigantesca polla hasta el fondo en su estrecho ojete, empotrándole contra la pared.
Una vez que ese culo se ha acostumbrado a su tamaño, Allen mama el enorme rabo, atragantándose con su grosor.
A continuación, Allen disfruta el acto sorprendentemente placentero de tener a Gustavo lamiendo su esfínter antes de volver a ser follado, tumbado de espaldas y de lado, por ese grueso pollón portugués.
Una vez se ha follado el culo de su protegido profundamente y con todas sus fuerzas, Gustavo llega al orgasmo con una enorme corrida y masturba a Allen hasta que también se corre.
¿Estará Allen entre los protegidos elegidos para trabajar bajo las órdenes del antiguo gigoló Gustavo? ¿Vosotros que pensáis?
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